El proceso de instalación de una estufa de biomasa canalizable comienza con un análisis detallado del hogar, incluyendo la ubicación de la estufa y el cálculo de cargas térmicas para conocer la potencia requerida por la instalación. A diferencia de las estufas de aire convencionales, en las canalizables se debe diseñar la instalación de conductos en función del caudal de aire proporcionado por la estufa y las cargas térmicas de cada zona, prestando atención a los diámetros de los conductos y a la velocidad del aire canalizado para evitar ruidos.
Potencia a medida
Un ejemplo de este proceso es la instalación de una estufa Ecoforest Cordoba Glass Canalizable en Valencia, realizada por la empresa Suntex. Este modelo, diseñado para ser encastrable, cuenta con una puerta de cristal que permite visualizar la llama, lo que lo hace ideal para su instalación en chimeneas existentes o como punto focal en el salón. Las características de la vivienda, como la altura, el aislamiento y los materiales de construcción, influyen directamente en la potencia necesaria. En este caso específico, se trataba de una vivienda nueva con un volumen de 214,30 m³, para la que se estimó una potencia de 7 kW. En este caso, se escogió un modelo de 12kW por diseño y prestaciones, que es capaz de regular hasta potencias bajas acordes con las necesidades de la instalación.
Requisitos técnicos
El diseño de la distribución de calor incluye la planificación de los conductos de canalización, que llevan el aire caliente a distintas estancias, procurando minimizar las pérdidas térmicas. Las rejillas de salida del aire deben ubicarse estratégicamente, lejos de puertas o ventanas, para maximizar la eficiencia del calentamiento. En este proyecto, los conductos se instalaron en el bajo cubierta, lo que permitió ocultar las tuberías y mejorar la distribución de calor (ver imagen abajo). Este modelo de estufa ofrece una salida frontal para calentar la estancia principal y una salida canalizable con un alcance de hasta 7 metros horizontales sin necesidad de motores auxiliares.
La instalación también requiere una salida de humos al exterior que respete la normativa RITE. En este caso la salida de humos emplea una tubería de acero inoxidable 316L de 80 mm de diámetro con 6 metros de salida a tejado. En general, en chimeneas de obra, es fundamental sellar adecuadamente las conexiones entre tuberías flexibles y rígidas, así como aislar correctamente las zonas de contacto con materiales combustibles. Al ser una estufa encastrable, se deben instalar rejillas para evitar el sobrecalentamiento del equipo (ver figura abajo).
Finalizada la instalación, la empresa debe realizar todas las comprobaciones necesarias para garantizar la seguridad del sistema, verificando la ausencia de fugas de humos y minimizando el riesgo de incendios. En caso de que la potencia térmica esté comprendida entre los 5 y los 70 kW, el instalador deberá elaborar una memoria técnica y registrarla en el departamento administrativo correspondiente, generalmente, la consejería de Industria.
Mantenimiento
Una vez que la instalación esté en funcionamiento, el usuario deberá realizar los mantenimientos que le indique el manual del fabricante, con un mínimo de un mantenimiento anual que puede incrementarse si se superan los 500 kg de combustible consumidos en la temporada. Así, se garantiza el correcto funcionamiento de una solución decorativa, ecológica y eficiente para calentar todo el hogar.
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